Si se hace una analogía con un concepto de la psicología, la cultura corporativa es como el inconsciente de las organizaciones. ¿Cómo es esto?
Así como hay personas que no son conscientes de aquellos factores inconscientes que determinan su conducta, del mismo modo hay organizaciones que no gestionan ni le dan la importancia debida ni mucho menos entienden la cultura corporativa, hasta el punto que los factores culturales terminan siendo desfavorables.
De tal modo que la cultura corporativa tiene tres dimensiones clave:
- La identidad corporativa (qué somos).
- El sistema de valores corporativos (qué pensamos).
- La unidad estratégica (cómo lo hacemos).
Es en estas tres dimensiones (el ser, el pensar y el hacer) donde se manifiestan aquellos factores en la cultura de una organización.
1. La historia de la organización
Existen organizaciones que saben comunicar interna y externamente su historia desde la experiencia empresarial de su fundador o fundadores. Es el caso de D’onofrio, por ejemplo, cuando se muestran las fotografías del fundador en los comienzos como emprendedor individual que comenzó con una modesta carretilla de helados. A estas historias de los comienzos se suman vivencias o anécdotas que enriquecen o consolidan lo que se desea comunicar en términos de cultura organizacional.
2. La estructura y organización interna
Hay organizaciones cuya estructura es vertical, autoritaria y burocrática, pero hay otras que son horizontales, democráticas y dinámicas. Entre un extremo y otro existen variantes que no solo las determinan los aspectos culturales organizacionales sino también el sello personal que pueda aportar un jefe o un líder, según sea el caso.
3. Relaciones jerárquicas o estilos directivos
Una organización puede tener una estructura jerárquica sencilla, con dos o tres niveles, o una compleja estructura de varios niveles. La forma en que se relacionan esos niveles y, añadido a ello, el estilo que imprimen sus jefes o líderes, determinará una dinámica cultural en la empresa que se expresa en formas de dirigir a los empleados, la organización de las tareas, el liderazgo, etc. Y viceversa, también determinará una correspondencia de actitudes por parte de los empleados hacia los jefes o líderes, según sea el caso.
4. El tamaño
Se asume que una organización de grandes dimensiones tiende a contar con una estructura bien definida, con controles específicos, donde cada integrante tiene claridad de sus roles y responsabilidades. En cambio, una empresa pequeña suele ser más flexible en estos aspectos.
5. La configuración corporativa
Toda organización cuenta (para mal o para bien) con una serie de componentes que afectan o condicionan el clima interno: valores compartidos, determinados niveles de motivación (o desmotivación), una forma de gestionar la comunicación interna, incentivos, etc.
6. La organización de los espacios físicos
Este es un factor fundamental para entender la cultura corporativa. Por ejemplo, un líder democrático y horizontal tendrá su oficina cerca de sus colaboradores y con las puertas siempre abiertas. Un jefe autoritario y vertical tendrá una oficina grande y alejada de sus subordinados.
7. La imagen externa y la proyección social
Aquí se consideran factores clave como la identidad de la marca, el branding, la estrategia comunicacional en relación a la opinión pública, las acciones de responsabilidad social, la relación con los stakeholders, etc. La conjunción de estos factores determinará una percepción de la empresa por parte de los agentes externos. De ahí la importancia de que los mismos sean gestionados en forma coherente.